
Una iniciativa de varias asociaciones reivindica la memoria histórica de la montaña de Berlín que estuvo dedicada al espionaje durante la Guerra Fría.El punto más alto de Berlín es un montón de escombros. Es el Teufelsberg o la «Montaña del diablo», situada al oeste de Berlín. Está a unos 120 metros por encima del nivel mar.
El lugar se deja reconocer por sus radomos, las cúpulas que protegían las antenas dedicadas a las escuchas y al bloqueo de señales de radio del bloque comunista que instalaron allí durante la Guerra Fría los responsables de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
El Berlín occidental, como enclave del «mundo libre» en espacio bajo influencia de la Unión Soviética, ofrecía a Estados Unidos y sus aliados un punto estratégico para la recogida de información.
El complejo dedicado a labores de inteligencia que se levantó en 1962 bajo la administración del presidente estadounidense John F. Kennedy en la «Montaña del diablo» tiene debajo escombros de la Segunda Guerra Mundial.
«La guerra implicó la destrucción de un número de edificios habitables equivalente a la actual ciudad de Múnich, unos 350.000 edificios con capacidad para albergar a un millón de personas, los restos se acumularon en el Teufelsberg», dice a eldiario.es el arquitecto Eckart Kuntzsch.
Él es uno de los responsables de la iniciativa que agrupa a una buena docena de asociaciones que pretende hacer de la «Montaña del diablo» un monumento y un lugar para la memoria berlinesa.
Su idea es convertir la mayor escombrera de Alemania, todavía dominada por el complejo abandonado de la NSA y rodeada por un frondoso y asilvestrado bosque, en «un memorial arquitectónico del territorio, porque tiene mucha historia detrás». Y tanto.
La historia más reciente es la del uso que artistas callejeros y espontáneos guías turísticos han dado a los 48.000 metros cuadrados de superficie de la «Montaña del diablo». Actualmente, no se puede acceder a todas las partes del lugar debido a su estado ruinoso. Aún así, se pueden hacer visitas guiadas por algunos de sus segmentos.
Fuente y resto del articulo: La «Montaña del diablo», una estación de espionaje de la Guerra Fría que busca ser recordada
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