
Mientras la BBC se prepara para apagar sus transmisiones de onda larga en 2025, lo que marca el final de un siglo de historia de la radiodifusión, un nuevo informe insta a un replanteamiento drástico.
En “Still Speaking to the Nations”, el investigador Dr. Tobias Thornes expone sólidos argumentos para mantener vivo el servicio de onda larga de BBC Radio 4. Contrariamente a las afirmaciones de la BBC de que la onda larga está obsoleta, consume mucha energía y tiene pocos oyentes, el informe concluye que estos argumentos no se sostienen bajo escrutinio.
En primer lugar, la energía. La BBC argumenta que la onda larga es ineficiente. Sin embargo, el análisis de Thornes revela que la onda larga utiliza solo el 4 % de la potencia de salida analógica de la BBC. De hecho, las redes de FM consumen mucha más energía —hasta seis veces más— debido a los cientos de transmisores necesarios para llegar a la misma audiencia. Además, las radios analógicas, especialmente las de onda larga, consumen mucha menos energía que las radios digitales, los altavoces inteligentes o los dispositivos conectados a internet.
Pero no se trata solo del medio ambiente. El informe destaca el papel crucial de la onda larga en la seguridad nacional. En una era de ciberamenazas y desinformación, la onda larga sigue siendo la única plataforma que puede llegar a todo el Reino Unido —y a gran parte de Europa— desde un único transmisor, incluso durante cortes de electricidad o interrupciones de internet.
Y aunque algunos consideran la onda larga obsoleta, el informe afirma que no es así. Las comunidades rurales, los marineros y quienes tienen acceso digital limitado aún dependen de ella. El Shipping Forecast, un referente marítimo durante un siglo, aún depende de la señal de 198 kHz. Sin embargo, la BBC nunca ha encuestado a estos grupos rurales o marineros para comprender sus hábitos de escucha.
También existe un sólido argumento patrimonial. En 2025 se cumplen 100 años de la primera transmisión de la BBC en onda larga. Los activistas quieren que el transmisor de Droitwich, que comenzó a transmitir en 1934, se proteja como sitio histórico.
El apoyo público está creciendo. Una petición para salvar la onda larga ya ha reunido casi 5000 firmas, y oyentes de todo el Reino Unido y Europa la describen como un «salvavidas» y un «respaldo vital en caso de emergencia».
El Dr. Thornes concluye que eliminar la onda larga no solo supondría el riesgo de dejar a millones de personas sin acceso confiable a la radio, sino que también podría debilitar la resiliencia de las transmisiones de emergencia del Reino Unido. Insta a la BBC y al gobierno a reconsiderar su postura.

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