
Radiocassette
Más allá de la nostalgia plástica, de los recopilatorios en ‘Guardianes de la Galaxia’ o el clásico doble pletina al hombro con su oscilador de giro infinito, la industria musical ha sabido transformarse. En apenas 20 años hemos dado saltos de gigante, hemos virado de un formato físico a otro hasta reducirlo todo a una cuenta de streaming.
Lejos quedan aquellos días donde pulsábamos a la vez play + record para grabar encima cualquier pista de la radio. O la cinta de algún colega. Al final, de tanta sobreescritura, no entendíamos más que un batiburrillo de melodías enredadas, como cuando los cabezales enganchaban la cinta magnética y la música empezaba a mascullar onomatopeyas ininteligibles.
Viajemos, aprovechando el Día Europeo de la Música (21 de junio), hasta esos días, tracemos una cronología desde el mixtape y el scratch en cocheras y locales de barrio hasta la conexión HiFi y los 40 millones de canciones a golpe de clic.
AL ‘LORO’ CON EL ‘LORO’
Los estudios de grabación trabajaban con cartuchos multipistas. Primero cuatro, luego ocho, después 16. A más espacio, más lugar para exponer ideas. El cassette, nombre francés para definir una cajita de plástico con bobina entrelazada por dos carretes, se popularizó gracias a la holandesa Philips, cuando diseñó y patentó un modelo compacto allá por 1962.
Aquellos cajoncitos estancos guardaban unos 100 metros de cinta. En apenas unos gramos podías almacenar 45 o hasta 80 minutos (años después) de música. Su facilidad de transporte la convirtió en un éxito para la industria discográfica. Y aunque la búsqueda por formatos más pequeños siguió su curso (el tape cartridge y el compact cassette), la habitual cinta ‘grapada’ con banda recubierta de óxido férrico (o de dióxido de cromo) no desaparecería. Hasta ahora.
De repente, tener un reproductor de cassette en el coche era sinónimo de éxito. En 1965, Maxell comienza a distribuir sus cintas vírgenes. Tan económicas que el underground musical entiende que este es su lugar y comienza a grabar, regalar y comercializar sus grabaciones en este formato. Hasta los más fanzineros y los maqueteros del punk entienden que la cinta es el lugar predilecto. La democratización del audio había comenzado.
Y mientras Dolby inventa los compresores de banda y ciertas mejoras para la reducción de ruido, los chavales nos pasamos media hora enrollando un carrete sobre otro con un boli BIC. De la cara A a la B, algunos reproductores contaban con botón RW, pero era demasiado alto el riesgo de engancharse con la cinta y perder una valiosa colección de temazos.
Junto a Pioneer, Akai o Technics, Sony se cuela en la industria por todo alto. Pasa del TPS-L2 al WM-101, mejorando el tipo de auricular, de diadema al modelo de botón. Y de ahí a sistemas compactos con radio incorporada, como el deportivo y amarillísimo WM-B52, alimentado por cintas TDK de alta calidad y llevando el sobrenombre del bombardero más popular de los años 50. El cassette ya era pop y no pensaba desaparecer.
LAS CINTAS NO VAN A DESAPARECER
El soporte físico sigue siendo una prioridad: Sony ya logró crear un cassete con 185 TB de espacio, 148 GB por pulgada cuadrada basado en una capa de cristales magnéticos disparados por iones de argón sobre una base de película de polímero. IBM colaboró en un nuevo modelo y adelantaron este récord, al capturar 330 TB en el mismo espacio.
Investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) dejaron ambos formatos en ridículo al presentar un almacenamiento casi infinito: 360 TB de datos en una minúscula lámina de cristal de cuarzo, capaz de sobrevivir durante 13.800 millones de años a temperaturas que superan los 100ºC.
Y la venta de cintas tampoco ha disminuido. El cassette marcó récords en 2015 y 2017 que demuestran que nada muere del todo: desde 1969 no se vendían tantos cassettes. Algunos artistas de Bandcamp, de hecho, solo publican sus discos físicos en este formato. El revival de los 80 no parece ser una moda puntual, sino una de las muchas rutas artísticas y comerciales de la música.
Fuente y resto del Articulo:La evolución musical en los últimos 40 años: del ‘loro’ al ‘streaming’
Categorías:Tecnologia
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